Nunca voy a olvidar mi primera computadora, que era un verdadero dinosaurio: una 286 con un monitor monocromático del tipo Hércules (creo que en ese tiempo había de los tipos CGA, EGA, VGA y SVGA), el cual permitía un resolución muy pequeña, incluso para la época, pero, qué importaba. Mi padre había podido, por fin, comprar una computadora después de mucho esfuerzo y todos mis hermanos andábamos arremolinados alrededor del aparato: practicábamos nuestras clases de computación con las primeras versiones de DOS, WordPerfect, Qpro, etc. También recuerdo algunos juegos que, naturalmente, mis hermanos y yo le tuvimos que instalar a la computadora: Grand Prix, Altered Beast, etc. Uno de los tantos juegos que instalé en mi primera computadora era uno llamado Where is Carmen San Diego.
El juego empieza con la indicación de que eres un agente secreto y la acción se desencadena cuando un criminal roba algún famoso tesoro mundial: las joyas de la corona inglesa, la estatua de Sir Stamford Raffles en Singapur y objetos similares. Luego de eso, diferentes personajes te brindan una serie de pistas sobre el posible paradero del ladrón. Debido a que el juego tenía la intención de educar en geografía e historia, todas las pistas estaban relacionadas con banderas de países en ciertos automóviles, cambios de monedas que realizaba el delincuente, interés en visitar monumentos en otros lugares, deseos de bañarse en aguas exóticas, etc. Recuerdo también que me volví un verdadero “vicioso” de aquel entretenido juego y me aprendí, casi de manera natural, toda esa información sobre países, ciudades y su historia.
Han pasado más de 20 años de ese juego y la educación, aún, no ha sabido combinar esa dinámica en los procesos pedagógicos. Puedo citar un centenar más de casos parecidos al de Carmen San Diego, no obstante, la intención de este post no es hacer una oda a los juegos de mi infancia, sino dar cuenta de una estrategia educativa eficiente y real que goza de larga data, pero que aún no hemos aprendido a utilizar. La educación actual no debe tratarse de aquella que usa un PPT en lugar de la pizarra o videos para explicar algún concepto, sino que debe no solo usar, sino fusionar a la tecnología y a la educación de una manera novedosa, creativa e inteligente.
Acá les dejo para que descargen el juego. http://www.abandonia.com/en/games/13/Where+in+the+World+is+Carmen+Sandiego.html
gracias por el dato!! Este fds lo pruebo !!
ResponderEliminarAldo, muy bueno tu comentario y la rememnbranza que haces acerca de la primera pc en casa, es muy parecida la historia de lo que sucedió en mi familia, pero Where is Carmen San Diego no lo llegué a jugar nunca y tengo ahora curiosidad de hacerlo ahora; la relación que haces de ese juego con el aporte que las TICs deben dar a la educación es muy clara y debemos tomarla en cuenta. Sé que algunos profesores piensan que el hecho de hacer dinámicas ó solamente mostrar videos, ya están haciendo algo extraordinario. Sin duda, aprender a utilizar la gran cantidad de recursos que nos brindan las TICs, enriquecerá en gran medida la forma de dictar nuestras clases que será más cercana al lenguaje de los alumnos de hoy.
ResponderEliminarJuan Carlos, muchas gracias por tu pertinente comentario. En verdad, el uso de las tics no debe ser una extrapolación de la pizarra al ecran, sino una verdadera transformación que implique una uso creativo de esta herramienta interactiva. Por otro lado, esto también implica nuevos retos: ¿Qué docentes están capacitados para utilizar de manera eficiente estas tecnologías? ¿Los alumnos lo están? ¿Hasta qué punto nuestros alumnos son tecnológicos?
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